Del triunfo del cristianismo a la crisis de la segunda escolástica.
I. LA
EDUCACIÓN CRISTIANA PRIMITIVA Y LA PATRÍSTICA
1. La
“buena nueva”
2. La
educación del cristiano
La “buena nueva” trajo consigo un nuevo ideal
pedagógico: la formación del hombre nuevo y espiritual, miembro del reino de
Dios. Los evangelios con sus parábolas e imágenes y los preceptos llenos de una simplicidad lineal eran
elementos de una pedagogía nueva, ausente de intelectualismos. Posteriormente se confió la educación de los catecúmenos (candidatos
al bautismo) a sacerdotes especialmente
preparados. Por muchos siglos, el cristianismo no se ocupó de la instrucción común, sólo la religiosa, dejando en manos de los paganos la organización escolar. Sin embargo, hay que
señalar que en los lugares donde no había escuelas y cultura literaria, el
cristianismo las promovía. Así los misioneros de la fe, también fueron de una
cultura de carácter cristiano-helenístico.
El cristianismo para defenderse de los ataques y las
herejías, tuvo que organizarse en un sistema de doctrina y se presentó a sí
mismo como la verdad que la filosofía griega había encontrado sólo a medias.
Identificó en este primer periodo filosofía y religión. La filosofía cristiana
nace en el siglo II con los Padres Apologetas (defensores de ataques y
acusaciones). El principal Padre apologeta fue Justino que nació en Palestina y
residió en Roma. Otros Padres como Irineo e Hipólito polemizan contra las
sectas de gnósticos.
4. La
patrística en los siglos III y IV
Este periodo se extiende desde el 200 al 450
aproximadamente. Se consolida la doctrina cristiana bajo una base lógica
sólida. Contribuye la escuela de Alejandría fundada por Panteno en el 180
convirtiéndose en academia cristiana. También la escuela de Cesárea en
Palestina fundada por Orígenes y que llegó a ser la sede de biblioteca más rica
en toda la antigüedad cristiana.
5. La
educación en el periodo patrístico
Los padres orientales aprovecharon la educación clásica
y la integraron a la educación cristiana. Los padres latinos se oponían a toda clase de enseñanza pagana.
La cultura medieval se concentró específicamente en los aspectos espirituales
negando en la educación todo aquello que pudiera distraer la atención de la
meditación interior y empezar a preocuparse por lo externo, corpóreo o terreno.
La obra de Marciano Capella Las Bodas de Mercurio y la Filosofía fue utilizada
como texto de la instrucción medieval reduciendo las artes liberales a siete,
eliminando medicina y arquitectura por ser elementos terrenos y corpóreos. En
la lógica se adoptaron los textos de Severino Boecio rescatando la lógica aristotélica y estoica. En el siglo VII
comienza el periodo más oscuro de la historia medieval. Isidoro de Sevilla compone
una serie de obras para las escuelas monásticas y episcopales tituladas
Etimologías y Orígenes, una especie de enciclopedia de veinte libros donde esta
condensado todo el saber del tiempo.
II. SAN
AGUSTÍN
San Agustín abordará los tres problemas de modo
absolutamente nuevo y original, habiendo intuido la inanidad de tratarlos en
forma puramente conceptual y la necesidad de poner al descubierto su verdadero
significado sondeando ante todo las honduras de nuestra conciencia.
Al empezar los Soliloquios, una de sus primeras obras,
San Agustín declara: “Quiero saber de Dios y del alma”. Al mundo de la
naturaleza San Agustín volvió la
atención sólo ocasionalmente y a propósito de los problemas concernientes a la
naturaleza de Dios y del Alma.
El hombre no podría dudar si no tuviese en sí la
verdad, que la duda misma le revela y confirma. Y la verdad es Dios.
Dice San Agustín: somos hombres, creados a imagen y
semejanza de Dios y por lo tanto podemos amar la verdadera Eternidad, la eterna
Verdad, el eterno y verdadero amor.
San Agustín aborda los problemas del mundo natural a
propósito de la creación. En cuanto es el ser, Dios es el fundamento de todo lo
que es.
Y las cosas naturales, precisamente por haberlas
querido Dios así como son, son todas buenas de por sí, todas ellas ostentan en
sí una cierta huella divina y todas son Ser, Conocer y Querer como nosotros
mismos, pero con un diverso y a menudo mínimo grado de claridad.
Desde cierto punto de vista, la filosofía entera de
San Agustín es una filosofía educativa. Dudar y resolver dudas, iluminar la fe
con la razón y la razón con la fe, haciendo hablar al que San Agustín llama el
“Maestro interior”, es decir, la Verdad misma que es Dios, es ya un proceso de
formación humana y por lo tanto de educación en el significado más amplio y
profundo del término.
III. LA
EDUCACIÓN EN LA EDAD MEDIA Y LA ALTA ESCOLÁSTICA:
Esta obra de reconstrucción cultural fue realizada
casi exclusivamente por el clero. Los siglos VI y VII poco o nada habían dejado subsistir de las
instituciones escolásticas.
Se construyeron escuelas en las instituciones
religiosas, formaron escuelas monásticas, parroquiales y catedráticas. Por otra
parte, la escasez de maestros y lo
difícil que era recibir una preparación adecuada, hacían que a menudo en esas escuelas el
profesor supiera muy poco más que sus alumnos.
La sociedad feudal se funda en las relaciones de
fidelidad entre señor y vasallo, vasallo y valvasor, valvasor y valvasino.
Los feudatarios representan la fuerza militar de la
sociedad y muy pronto constituyen sin más la única forma de organización
política. El feudatario ejerce también la justicia y en general no tolera
autoridades extrañas sobre sus tierras.
El mundo feudal no conoce otros derechos que los de la
fuerza y la estirpe, corroborando este último por la tendencia a transmitir los
feudos de padre a hijo.
La educación caballeresca no requiere conocimientos
literarios, ni siquiera el aprendizaje del alfabeto y supone una severa
disciplina moral, gentileza de modales y sentimientos refinados capaces de apreciar los valores religiosos.
En cuanto a las universidades tuvieron todas las
facultades, que en aquel entonces correspondían a las artes liberales, o sea,
derecho, medicina y teología.
Las vicisitudes de la Universidad de París son
características del proceso por el cual las universidades adquirieron los
privilegios que las defendían contra la intromisión de las autoridades.
A fines del siglo xv se contaban en Europa más de 75
Universidades. Por muchos siglos fueron el solo crisol tanto de la actividad
científica como de la actividad intelectual en general, que sólo la época muy
reciente, y por efecto de la revolución industrial, ha empezado a desenvolverse
fuera de la vida universitaria.
Los dialecticos confían en la razón para entender la
verdad de la fe; los antidialécticos apelan a la autoridad de los santos y
profetas limitando, la tarea de la filosofía a la defensa de las doctrinas
reveladas.
San Anselmo replicó (en su Liber apologeticus) que
para demostrar la posibilidad de pensar en Dios basta la fe de que tanto él
como Gaunilón están dotados. Y si se puede pensar en Dios, se debe considerarlo
necesariamente existente, pues no es posible negar que sea mayor cosa de todas.
San Anselmo dice, que el pensamiento de Dios no es más que la fe en Dios.
IV. NUEVOS
HORIZONTES DE LA ESCOLÁSTICA EN EL SIGLO XX:
En general, la escolástica se mantiene fiel al
criterio de la filosofía griega: es verdadero el conocimiento que tiene por
objeto la realidad del ser.
El mayor adversario del nacionalismo de Abelardo fue
Bernardo de Clairvaux, para él la indagación de la filosófica es inútil; define
las discusiones de los filosófos como “locuacidad llena de viento”, y reduce la
más sublime filosofía a “conocer a Jesús y su crucifixión”. Bernardo es el
iniciador de la mística medieval, o sea de aquella tendencia del pensamiento
medieval que tiende a aproximar el hombre a Dios no ya mediante la especulación
filosófica racional (como lo hace la escolástica), sino mediante el ejercicio
de los poderes conferidos directamente al hombre por las gracias divinas.
V. LAS
CULTURAS ÁRABE Y JUDÍA:
La filosofía árabe puede dividirse en dos grandes
sectores: el de oriente y el de occidente. El primero tuvo como centro a
Bagdad. Fueron sus representantes más importantes alkindi, alfarabi en el siglo
x, y sobre todo, Avicena (980-1037), filósofo, teólogo y médico, autor de la
importante obra al-Schefa, una especie de suma de su filosofía, de inspiración
aristotélica, también de la llamada metafísica de Avicena que ejerció gran
influencia en el medioevo, del canon de la medicina y diferentes trabajos
enciclopédicos.
VI. LA
POLÉMICA CONTRA EL ARISTOTELISMO
Las obras físicas y filosóficas de Aristóteles con los
respectivos comentarios de los filósofos árabes y judíos se traducen al latín a
partir del siglo XII y abren un nuevo capítulo de la historia. La primera
reacción es desfavorable. Los intérpretes árabes, cuya doctrina propia en un
principio no se distingue con suficiente rigor de la original del Estagirita,
habían acentuado los aspectos del aristotelismo que lo hacían aparecer como
opuesto a ciertas creencias fundamentales del cristianismo. La tesis de la
necesidad y eternidad del mundo, en particular, común a Avicena y Averroes,
aparecía como contraria a la creencia en la creación y la libertad misma del
hombre. Sólo después de repetidos intentos de acercamiento al aristotelismo y
de vivas reacciones contra él, se llega al equilibrio de la síntesis tomista,
en la que el aristotelismo se concilia a la perfección con el sistema de los
principios cristianos.
VII. EL
TOMISMO
VIII. LA ESCUELA FRANCISCANA DE OXFORD
Rogerio Bacon: Fraile franciscano, alquimista y
místico, experimentador y teólogo, precursor de la ciencia moderna, su
experimentalismo desemboca en misticismo, nació en Inglaterra entre 1210 y 1214
y murió en 1292; se planteó la
elaboración de una enciclopedia de las ciencias, considerando a la metafísica
como la ciencia que encierra los principio de todas las demás. Consideraba que
las ciencias filosóficas se dividían en matemática, física y moral. La
gramática y la lógica eran partes accidentales de la filosofía. Exaltó la
utilidad y el valor de la ciencia experimental, pero no llegó a poseer ni a poner en práctica el método experimental.
Sostenía que las fuentes de conocimiento son la razón y la experiencia. La experiencia
externa es la fuente de las verdades naturales y la experiencia interna de las
verdades sobrenaturales (vía mística, conocimiento extático). Atribuyó el
máximo valor a la investigación experimental y a las matemáticas el fundamento
y guía de esa investigación.
Juan Duns Escoto: había reconocido en el
aristotelismo el ideal de una rigurosa
ciencia demostrativa y por eso se había servido de él como criterio limitativo
y negativo de la investigación escolástica. Destacó la heterogeneidad entre las
ciencias y la teología, dos dominios que la escolástica se había esforzado por
juntar y conciliar armónicamente y que desde él su escición se ahondó
irremediablemente.
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